¿Qué es la prueba en la vida de un cristiano?
- Eleazar Arredondo Bravo
- 8 mar 2015
- 4 Min. de lectura

En este breve artículo queremos explicar primeramente de qué manera la doctrina bíblica hace una diferencia entre prueba y tentación, y analizar estas dos situaciones que le acontecen a todo cristiano. Además profundizaremos en cuanto a la prueba cristiana, tratando de responder de alguna manera, qué es la prueba, o qué significa que un cristiano sea probado.
Siempre es importante al estudiar cualquier cosa no determinarla solo a un caso concreto. Siempre es sabio y correcto poder mirar los diferentes aspectos, las distintas aristas que determinan ciertos objetos, ideas, y acontecimientos. Por ejemplo, decir que el amor es sólo tal y cual cosa, y que se manifiesta sólo de una manera. Aquí erraríamos siendo obtusos y no comprendiendo las diferentes formas o aspectos de amor, como por ejemplo el amor de pareja, el amor hacia la familia, el amor espiritual o hacia Dios, los frutos del amor, etc., que se manifiestan de manera muy diferentes. Así mismo debemos comprender los diferentes aspectos o ideas acerca de una verdad tan evidente para un cristiano como es la prueba.
Hay un grupo de 3 palabras griegas en la biblia que se ocupan reiteradamente cuando en el nuevo testamento se hace referencia a prueba, tentación, examinar y poner a prueba. Peirasmós por ejemplo es un sustantivo que se ocupa indistintamente para referirse a una tentación o a una prueba. A pesar que en la antigua lengua del griego clásico, que es con la cual los evangelistas y apóstoles escribieron el nuevo testamento, un término podía tener diferentes connotaciones y significados, la doctrina cristiana nos relata que una tentación es muy distinta a una prueba. Por lo tanto, para nosotros como hijos de Dios es importante y necesario que sepamos distinguir cada una de ellas, para saber tener victoria y paciencia espiritual.
Tentación
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Santiago 1.13–15.
Proviene de satanás, quien es llamado “El Tentador”, y de todos los medios que el posee. También proviene de la debilidad de nuestra propia carne, y en ningún caso puede provenir de Dios como lo aclara Santiago en los versos citados anteriormente.
Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano. 1 Tesalonicenses 3.5.
Tiene por objetivo alejarnos de Dios y de todo lo relacionado con su reino, frustrar los planes de la iglesia y de provocar en nosotros rebeldía, angustia, tristeza, dolor y desánimo. Así como dañar la vida de nuestro prójimo.
Prueba
Primero, hay que aclarar que todas las pruebas para los hijos de Dios están en el supremo control de la soberanía de Dios. Y aunque todo está en control de Dios, hay pruebas que son mandadas por Dios directamente y otras que surgen de los diferentes caminos en que somos puestos como cristianos. Ya que podemos decir que la vida del cristiano de suyo trae ciertas complejidades, como la lucha contra potestades satánicas que pretender destruir la iglesia del Señor.
La prueba cristiana tiene como propósito padecer así como Cristo padeció, lo que en un último término significa que padecemos juntamente con Cristo. Este es un punto sumamente importante de entender hoy sobre todo cuando se busca o se pretende que la iglesia sea el lugar para llenar nuestra vida de satisfacción, éxito y riquezas. Las Escrituras declaran que así como Dios padeció hasta la muerte, y resucitó triunfante, así mismo es necesario que los hijos de Dios seamos copartícipes de los padecimientos de Cristo, para que también podamos ser triunfantes sobre la muerte.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Romanos 8.17.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 1 Pedro 4.12–13.
También podemos decir que la prueba es un instrumento de Dios para producir en nosotros un carácter que primeramente glorifique a Dios y se asemeje a la imagen de Cristo, y segundo sea útil para los requerimientos de la expansión del Evangelio. Además, la prueba también es utilizada por Dios para conocer nuestro carácter, y pesar nuestros corazones.
Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 2.4.
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Santiago 1.2–4.
Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. 2 Corintios 8.1–2.
Esperamos que esta sencilla, pero clara distinción de la prueba pueda ayudarnos en nuestra vida del evangelio. Entender que es una carrera que nos lleva a la perfección, y que busca en nosotros desarrollar la imagen de Cristo. También esperamos que llene de paz nuestras vidas, porque por más dura que sea nuestra prueba en el evangelio, el Espíritu Santo es nuestro ayudador, y que al fin y al cabo todo, incluso las potestades satánicas más potentes o las más grandes adversidades, todo se sujeta a la voluntad de Dios.
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