Reforma hoy
- Jorge Flores
- 31 oct 2016
- 3 Min. de lectura

Hace 499 años se dio inició a un hecho histórico y trascendental para la humanidad, Martín Lutero, un monje alemán, indignado por la inmoralidad del clérigo sacerdotal y por el engaño que estos hacían al pueblo a través de la venta de indulgencias (documento que acreditaba el perdón de pecados y la salvación del infierno), redactó un documento que todos conocemos como las “95 tesis”. En aquel entonces, el dulce Evangelio estaba encerrado en el clérigo papal y en el idioma latín, por lo cual, era imposible para los ciudadanos conocer lo que decía la Biblia ya que la gran mayoría eran analfabetos, solo les restaba creer a lo que se les decía. Es importante destacar, que, en un comienzo, el objetivo de Lutero fue “reformar” la iglesia, no “dividirla”.
En paralelo a esto, otro reformador, Juan Calvino, se encontraba en Francia y posteriormente en Suiza (estuvo obligado a huir porque sus enseñanzas eran consideradas heréticas) impartiendo y enseñando las doctrinas de la Gracia de Dios.
Es en este punto donde me gustaría invitarlo a la reflexión, posiblemente muchos conozcan ya lo que comentaré, pero creo que será de bendición para todos.
Una de las más grandes virtudes que tiene la Reforma, es volver al verdadero conocimiento de quien es Dios y quien es el hombre, esto moderado por lo que dice La Escritura, destaco algunas características de esto.
Dios es el ser soberano y nadie está sobre Él.
Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre.
La Biblia es la única fuente infalible de autoridad para el hombre
El Espíritu Santo es quién guía y gobierna a la Iglesia de Cristo
Todo lo que existe, existe únicamente para la gloria de Dios
Estas enseñanzas, produjeron un extraordinario impacto en la vida de quienes las oyeron, se comenzó a traducir La Biblia a idiomas comunes (de los pueblos) por lo que el impacto no fue solo marcado por lo que oyeron y sino también porque lo leyeron en La Escritura. Hablamos aquí de ciudades enteras transformadas, incluso países por entero evangelizados, reyes y reinas convertidas a la fe protestante, incluso con la reforma las monarquías absolutas terminaron, dando inicio a un nuevo sistema representativo de gobierno (el pueblo elige a quien los dirige)
Hoy en día miramos la reforma como un hecho del pasado, pero la verdad es que hoy tan igual o incluso más que en aquel pasado todos nosotros necesitamos ser reformados continuamente, porque nuestro corazón de continuo tiende a desviarse.
La idea de los reformadores, y su principal mensaje, se basaba en ubicar a Dios en el lugar que le corresponde, en el centro y por sobre toda la creación, no tan solo en la obra de redención en Cristo, sino que, en el diario vivir del creyente, en el trabajo, en la familia, en el que-hacer libre de cada individuo, Dios estaba ahí, en cada respirar.
Precisamente esto es lo que hoy en día necesita nuestra comunidad, nuestra nación, nuestra vida. Hemos formado la idea de que Dios solo está en la iglesia, o en un culto, y eso ha traído consecuencias negativas para todos. Dios es creador de todo, el problema es que todo se ha corrompido por el pecado, y causa de eso, es que muchos se limitan a participar o intervenir en aquellas cosas, pero nuestra vida no ha de ser así, hemos sido honrados con el conocimiento de esta verdad hermosa del Evangelio y con la sólida convicción de que todo lo existe, lo existe por Dios y para su gloria, por tanto, hemos de luchar por aquella verdad, hemos de luchar porque nuestras familias, nuestros trabajos y todo sea para la honra del Señor y no escatimar ni aun nuestra propia vida tal cual como la hicieron estos instrumentos del Señor.
Dios bendiga cada lector de este escrito, y nos de la gracia para permanecer firme y fiel a su Palabra. Para Dios la honra y la gloria.
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