Cuando todo sobra, algo falta
- Josué Trureo Maldonado
- 20 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Mire a su alrededor, por favor mire a su alrededor la gente como corre en busca de un regalo, en busca de algo para dar a sus seres queridos, o los preparativos para poder hacer una comida familiar, como el comercio por la televisión promueve todo el arsenal de regalos que usted puede adquirir para que su familiar esté feliz, pero se siente que algo falta en el aire, estamos teniendo ya casi todas las cosas para el 24 de Diciembre, pero algo se nos está olvidando.
Ya nadie está recordando que es realmente importante en esta fecha, solamente parece que está encerrado en nuestras biblias, parece que solamente recordamos la historia en esta fecha, y aun así solamente parece que el cristiano celebra el nacimiento del ser más trascendente en toda la historia de la humanidad, aquel que quiso habitar en la tierra con pecadores. Jesús, el verdadero sentido de la navidad. Recordemos la promesa de Dios dada por el profeta Isaías:
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Isaías 7:14
Dios por lejos ha sido el mejor dador de regalos de tooooda la historia, es cosa de ponernos a observar la naturaleza y todo lo creado que Él hizo para que podamos ver su gloria, pero el pasaje mencionado nos muestra que Dios nos entregó un regalo más grande y sublime que nunca nadie en el mundo pensó. Dios Padre entregó a su Hijo amado Jesucristo, tomó un cuerpo humano como el suyo y el mío, tomo un cuerpo que sufre necesidades, que tiene limitaciones, que sufre frente al dolor, que se angustia frente a los miedos y el Rey de la Gloria hizo esto solamente por amor, por amor a nuestras vidas pecadoras y perdidas en el error. Nada ha sido más grande que Dios mismo haya bajado del cielo para poder reconciliar lo que el hombre y la mujer habían corrompido por su desobediencia.
Es por esto que no podemos olvidar lo más importante en esta navidad, no podemos pensar que es solamente una fiesta que celebramos a fin de año o que es una oportunidad para llenar nuestros corazones de ansiedad frente a qué haremos si las cosas no salen como queremos o no recibimos el regalo que esperamos. Es un día para recordar que el Mesías, el Emanuel, el Restaurador de la humanidad tomó un cuerpo humano solamente por amor.
No celebremos solo en una fecha el nacimiento de Jesús, sino que recordemos también en esta fecha cuando Jesús nació en nuestras vidas y llenó de alegría, de paz, de gozo y tranquilidad que nadie pudo darnos nunca en este mundo. Es por esto que gocémonos y llenemos nuestro corazón de alegría como lo hicieron los ángeles que aquella noche dijeron a los pastores:
“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:14
Qué lindo sería que una forma de alegrarnos es cambiando nuestra actitud esta semana, nos propusiéramos mostrar a Cristo en todas las áreas de nuestra vida y traspasáramos esta alegría a los que nos rodean contándoles la buena noticia, que nació Jesús, para restaurar lo que se había perdido solamente por amor.
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