¿Tenemos un compromiso con Dios?

En nuestra iglesia, podemos contemplar el amor de Dios, pero también podemos ver algunos problemas contingentes, donde la sociedad ha sido un enemigo claro para la iglesia del Señor.

Unos de los problemas que vamos a ver en este artículo es el compromiso con Dios.

Muchos de los miembros de la iglesia del Señor participa activamente en su viña, tanto en trabajos espirituales como en los trabajos materiales, pero podemos ver que también hay hermanos que van muchas veces a “Ocupar una Banca”, donde podemos ver que son constantes pero no están cerca a Dios.

La Biblia no muestra en el Libro de Apocalipsis cap. 3: 15-16: “Yo conozco tus obras, que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fuese frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitare de mi boca.”

Tenemos un falso concepto de que si nos acercamos mucho a Dios nos impondrán reglas, nuestra carne nunca ha querido obedecer órdenes, es por eso que hemos “acomodado” el evangelio a nuestras propias costumbres, hemos inventado nuevas normas que nos “facilitan” el evangelio, siendo todo esto erróneo, ya que si nos acercamos a Dios conocemos aún más su amor, conocemos su carácter, y nuestra vida automáticamente va a cambiar porque entenderemos lo que Dios quiere para nosotros. Tenemos que tener claro que el evangelio no es una religión donde nos prohíben cosas, nos imponen normas, sino que una forma de vida conforme al corazón de Dios.

En el Libro de los Salmos no invita a alabarle de corazón, lo podemos ver reflejado en el capítulo 92: 4 “Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo”.

En este verso podemos ver el compromiso que tenía David con Dios, la exaltación hacia Él, lo hace un hombre íntegro delante del Altísimo, y vemos como Dios lo sostuvo en sus manos en los momentos que necesitaba apoyo y consuelo. Nuestra devoción debe ser de corazón hacia nuestro Dios, alabarle por las felicidades o por las tristezas. Pero tenemos que tener en cuenta que nuestro compromiso debe ser de una sola línea como nos dice su palabra “Que tu sí sea sí, y tú no sea no” si aceptamos tener un compromiso directo con Dios que sea de corazón y a lo largo de nuestra vida se pueda ver reflejado.

En mis primeros años, participaba en la iglesia casi por obligación, pero desde el día en que Dios hablo por primera vez a mi vida pude comprender que no participo para que me vean los hermanos, los oficiales o incluso nuestro pastor, sino que lo hago por devoción y agradecimiento hacia Dios, eso es lo que nos debería marcar como hijos de Dios, desde el día en que el Señor nos trajo de las tinieblas a esta bendita Luz, alabarle por sus misericordias, no anhelando aplausos, felicitaciones o incluso un cargo en lo espiritual; nuestro compromiso es con Dios, no con hermanos, porque al fin y al cabo fue Dios quien nos dio esta Salvación tan grande, que lo único que nos resta por hacer es tener un compromiso directo con Él, para alabarle de Corazón.

Esperando que este corto artículo sea de bendición para cada uno de ustedes, para el Señor que me ha dado este privilegio, sea la Honra y Gloria.