La importancia de ser probados

En nuestro artículo de la semana anterior, nos referimos a diferentes aspectos relacionados con la “prueba” y la “tentación” que viven los creyentes, tratando de reflejar una postura bíblica respecto a estos temas que muchas veces se nos pasan por alto. En este artículo, nuestro deseo es poder explicar de manera sencilla, porque Dios permite que seamos probados y cuál es el fin de esto.

Para empezar, me gustaría aclarar algo súper importante en nuestras vidas, me refiero al simple hecho del porque somos probados, porque nos suceden cosas “que nos dificultan el caminar”.

Cuando Cristo se presenta a nuestras vidas y nos llama a su Evangelio, debemos tener en cuenta que al aceptar su llamado, estamos aceptando a la vez su herencia, de tal manera que, como dice la Escritura, somos coherederos con él y una de estas herencias es el hecho de ser probados.

“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” Filipenses 1:29

Debemos saber, cómo discípulos de Jesús, que el llamado no es solo tomar la cruz y negarnos a nosotros mismos, también hay que seguirle día tras día (es decir, ser como él, también tenemos que sentir el peso de nuestra cruz) Entender esto es vital para nosotros, ya que si no lo captamos, en el momento de estar en una prueba, corremos el riesgo de caer en cuestionamientos, en dudas contra Dios, cuando nuestra actitud debiese ser totalmente lo contrario, deberíamos glorificar al Señor, que nos permite ser parte de su herencia.

Finalidad de la prueba

Dios es un ser omnisciente, que todo lo sabe, por lo que sería un error pensar que él permita pruebas en nuestras vidas con el fin de saber que tan fuerte somos, o que tan preparados estamos, etc. Dios es eterno, sin tiempo, por ende él sabe el resultado de nuestras pruebas antes de que nosotros respondamos a ellas. Es por esto que el propósito de una prueba está centrado en la persona de Cristo, de tal manera que Dios desea ver en todos los creyentes la imagen de Jesús, y las pruebas que enfrentamos, que muchas veces no nos damos cuenta, persiguen ese fin.

Entonces la prueba en un creyente tiene por objetivo llevarnos cada vez más cerca a la estatura de Cristo, podríamos ilustrarlo de la siguiente manera:

“Un profesor inicia un año de escolaridad con su curso, y les presenta el programa a seguir durante la temporada, les muestra el objetivo que se desea lograr a final de año y las distintas pruebas que irán nivelando a los alumnos a medida que avanzan los contenidos”

Espiritualmente hablando es idéntico, conocemos el objetivo, el cual es Cristo, y cada prueba que enfrentemos como hijos de Dios, debemos entender que el Señor nos nivela en la medida que vayamos creciendo en su gracia; mientras más escalemos en esta gracia, las pruebas irán aumentando en su dificultad, pero todo, absolutamente todo, está bajo la gracia soberana del Padre

En esto radica la importancia de la prueba, en que Dios desea que nos parezcamos a su hijo amado, no hay nada más hermoso para la Iglesia, que el ser similar, aunque sea en pequeños rasgos, a la perfecta imagen de nuestro Señor.

También, no podemos dejar de lado algo importante que surge al momento de ser probados, y es que en los resultados muchas veces vemos nuestras debilidades, y también nuestros errores.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” Salmo 139:23-24

Pueden existir momentos en que Dios pese nuestro corazón, que nos examine; y hallé faltas en nosotros, tal cual como lo muestra este pasaje. Personalmente creo que en estas situaciones se ve la otra cara de la moneda, es decir, la importancia que un cristiano le da a una prueba. Notemos que el salmista confiesa que puede ser hallado falto, pero en seguida agrega, “guíame”, es decir, que lo corrija, el desea cumplir el objetivo, ser como Cristo, pero entiende que no puede solo y conoce que tiene faltas, es por esto que en muchos otros pasajes pide a Dios que lo pruebe, que lo evalúe. Esa actitud debe estar permanente en nosotros, ser criaturas moldeables, en las cuales Dios pueda trabajar

Deseamos, con todo nuestro corazón, que esta breve reflexión sobre lo importante que es el hecho de ser probados, nos ayude a tener una posición bíblica cuando la enfrentemos, entendiendo que Dios busca en nosotros a Cristo, su amado hijo. Permítanos el Señor, afirmar nuestras vidas a estas verdades hermosas, de modo tal que cada día crezcamos en la gracia y en el conocimiento de nuestro Padre. Amén, para Dios honra y gloria para siempre.

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