La obra más grande de la historia

La primera pregunta que debemos plantearnos es:

¿De qué obra estamos hablando?

La respuesta quizás para la mayoría de los cristianos sea obvia. La muerte de nuestro Señor Jesucristo en la cruz.

Vemos a lo largo de la historia como las sociedades han calificado y han graficado este gran hecho que lo vemos año a año en semana santa, donde a través de la televisión vemos una representación de la muerte del Señor en la cruz. Este hecho que marcó el cambió de pacto de obras hacia el pacto gracia, es el que permite hoy reunirnos e invocar el nombre de nuestro Dios y habitar en su presencia sin ser muertos, pero ¿Es solamente por eso que el Señor Jesucristo padeció en la cruz? La respuesta a esta pregunta puede que también sea conocida por todos. Como nos enseña las Escrituras lo hizo por usted y por mí, ¡Sí, leyó bien, por usted y por mí! Lo hizo por todos los pecadores.

Lo que debemos también entender estimado lector es el porqué de esta gran obra. Como se escucha en la mayoría de las predicaciones al aire libre podemos ver que el hombre estaba destituido de la gloria de Dios. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23. Pero vemos en este mismo pasaje cómo nos habla de la gracia, la cual nos lleva hacia otro tema, pero vemos que el amor de Dios para con la humanidad fue tal que mando a su Hijo al mundo a padecer: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para todo aquel en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Sn. Juan 3:16.

Escuchamos repetitivamente este pasaje en las predicaciones y nos revela una verdad gloriosa. Vemos en el primer pasaje una verdad tajante, pero en el segundo vemos un amor inmenso del Padre para con nosotros.

Y es en ese instante donde comienza la obra redentora de Cristo, en el momento en el cual viene a este mundo, nace de una virgen en Belén, comienza su vida y estudiamos sus prodigios, vemos sus milagros. Pero llegamos al final de su vida en la cual lo crucifican para favor nuestro, y usted se podrá preguntar ¿Por qué? La respuesta es simple Dios nos revela lo siguiente: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 6:23. Y esa paga del pecado fue cargada en Cristo el Señor, el cual derramó su sangre pagando el precio que usted y yo, ¡Sí leyó bien! Usted y yo, debíamos pagar.

Pero el amor de Dios llegó a nosotros por medio de su Hijo, que hizo esta obra redentora, la cual permite que nosotros podamos ser salvos.

Es momento querido lector que entregues tu vida a Cristo, no esperes que el tiempo pase. Jesucristo ya pagó el precio que nosotros debíamos pagar y nos regala la vida eterna. ¿No es este un motivo suficiente para darle gloria a Dios? ¿Para reconocer que Él y solo Él es nuestro Salvador?

Espero querido lector que estas palabras sean de bendición para tú vida.

¡No esperes más tiempo hoy es el día de actuar!